Para muchas personas el estrés es un componente normalizado en su día a día, si bien es verdad que la respuesta de estrés ha sido seleccionada evolutivamente para hacer frente a amenazas ambientales que ponen en peligro nuestra supervivencia ya que cuando se activa nos pone alertas ante el peligro y permite que podamos huir o atacar. 

Hoy por hoy ya no luchamos por comida, o corremos para no ser el almuerzo de un león. En nuestra sociedad la mayoría de esas necesidades están cubiertas, y las fuentes de estrés son sobre todo de tipo social. Vivimos en un mundo con altas demandas laborales y familiares y con un ritmo de vida acelerado, lo que supone un desafío constante. Este estilo de vida “frenético” favorece la aparición de estrés.

A eso hay que añadirle que el momento que estamos viviendo actualmente, como consecuencia de la pandemia ha aumentado el estrés social. Si bien disponemos de mecanismos para hacerle frente, el impacto que tenga una situación estresante dependerá de cómo la interpretemos cada uno de nosotros, es decir que,  ante una misma situación estresante, cada persona puede reaccionar de maneras muy diferentes en función de múltiples factores (rasgos de personalidad, experiencias pasadas, emociones, creencias, etc ). 

Si por ejemplo, nos sometemos a un estrés muy intenso o repetido, o si sencillamente se percibe como impredecible e incontrolable, puede tener consecuencias importantes para nuestra salud, a nivel mental, físico y emocional.

A nivel físico, cuando el estrés nos hace sentir que la situación escapa a nuestro control, se produce un aumento de una de las hormonas del estrés, el cortisol, cuando esta hormona aumenta de forma intensa y prolongada, puede alterar numerosos genes que afectan al sistema inmune (anexado a la energía del cuarto chakra Anahata) o en  problemas estomacales. En este punto es dónde se encuentra nuestro sol interno y fuerza (chakra del plexo solar).

El estrés también puede derivar en migrañas u otros desbalances, ya que al no estar equilibrado a lo largo del tiempo causa infinidad de problemas y trastornos físicos, bloqueando el flujo energético de todos los chakras o centros energéticos que a su vez, como consecuencia de este bloqueo promueve problemas emocionales como la ansiedad, falta de confianza en uno mismo, miedos, depresión, etc.

La depresión será en los próximos años otra de las pandemias con las que tendremos que convivir. Se cree que será la enfermedad más diagnosticada en las próximas décadas. Posiblemente una de cada seis personas sufrirá al menos un episodio de depresión a lo largo de su vida, esto sin duda está relacionado con el ritmo estresante al que nos han acostumbrado a vivir y el bloqueo energético al que continuamente nos estamos exponiendo.

Sin embargo, está en nuestras manos  protegernos para reducir las consecuencias del estrés. 

Las herramientas de mindfulness energético utilizadas en los talleres  KIKAI te ayudan a generar un equilibrio físico, mental y espiritual para vivir en armonía y en balance energético, algunas de ellas son:

1. Aprende a respirar

Cuando se producen estados de ansiedad o de miedo, aparece una respiración rápida y a veces entrecortada. Las herramientas de mindfulness como la meditación te ayudan a regular tu respiración, además de ayudarte a vivir en el presente y suavizar tu ritmo cardiaco.

2. Sé consciente de lo que te hace bien y lo que no

No todo es para todos, a veces cosas que son “normales” y las hace todo el mundo simplemente no están bien, y son dañinas para tu salud, tener criterio de selección es vital para poder entrar en coherencia con uno mismo, practicando la introspección mediante técnicas de meditación o ejercicios escritos puedes llegar a contestarte con lo que realmente sientes, la persona que eres y lo que te gusta.

3. Baños de naturaleza

Salir a caminar, observar la naturaleza, su hermosa simplicidad te ayuda a estar en el “aquí y en el ahora” tendiendo a los problemas a raya y no permitiendo que se apoderen de ti.

4. Escucha  música

Es un efectivo antídoto contra el estrés, una música relajada te permitirá conectarte con su vibración y relajar tus pulsaciones, además tiene el poder de cambiar tu estado de ánimo, y, si la juntas con el baile es un excelente liberador de energía.

5. Pon orden en tu vida

Una oficina limpia, un hogar organizado tienen efectos emocionales positivos, pues el orden revitaliza, aclara la mente y aporta serenidad, además es un reflejo de lo que tienes dentro “si está ordenado dentro está ordenado fuera”. La falta de organización y el desorden constantes favorecen sentimientos de impotencia, desesperanza y derrota, y aumentan los niveles de cortisol favoreciendo el estrés.

6. Alimentate de forma sana 

Una dieta equilibrada, y rica en verduras y frutas, es fundamental para mantener la estabilidad física, mental y emocional, si nutres a tu cuerpo con alimentos de vibración alta, la tuya propia subirá, evitando que vibraciones bajas o negativas como el estrés se apoderen de ti.

7. Ten fé en ti mismo

La confianza en uno mismo te permite ganar serenidad y equilibrio emocional además fortalece tu tercer chakra Manipura. Confiar en ti significa que tienes plena conciencia de que existen alternativas y te permites la oportunidad de despertar a una nueva vida.

8. Cambia tu forma de ver las cosas

“La realidad depende de los lentes que tengas puestos para verla”, Dentro de una emoción negativa hay una forma peculiar de interpretar la realidad que te llevó a esa emoción. Cuando descubres otros significados de la realidad, las emociones negativas pueden transformarse, perder su peso, o incluso volverse positivas. En situaciones de estrés plantéate enfoques alternativos que permitan ver la misma situación desde otras perspectivas.

Espero que este texto te ayude a entender la gran importancia que tiene el estrés en nuestra vida, y las herramientas que tenemos en nuestro poder para que no nos afecte, enfermar de nuestros pensamientos, cuerpo y emociones depende de nosotros mismos.